19. Abril 2024

PACO ZAPATER: Como hacer un juicio sin morir en el intento

OPINIOEs curioso. En la facultad no se  enseña  cómo deben hacer un juicio los futuros abogados. Al menos no se enseñaba en mis tiempos de estudiante. Y no conozco ningún manual  que trate esta materia. De ahí que el bagaje de conocimientos con el que afrontamos nuestro bautismo de fuego suele ser muy escaso: el repaso apresurado de la ley de enjuiciamiento, cuatro  juicios como oyente,  los consejos de tu padrino… y al ruedo, es decir, al  estrado. Eso sí, las carencias del trance las suplimos con esa audacia que suele dar la ignorancia, y con la esperanza de que el juez de turno se apiade del debutante -de su cliente, más bien- y dicte sentencia absolutoria. O,  cuando menos, que aplique el código penal  con  benevolencia.

paco_zapaterEs después, con el ejercicio de la profesión, cuando cada uno se monta su propio método,  a base de observar y recibir bofetadas. Y de copiar. Porque todos  los abogados copiamos como monos, hasta el punto de que tenemos el acervo común más común de todos los acervos.  Y sin pagar derechos de autor.

El decálogo que desarrollo a continuación es una hoja de ruta personal que trato de aplicar en el juicio penal, trasladable, al menos en parte,  a casi todos los demás juicios. Pero, advierto, no es un protocolo de expertos procesalistas o de  especialistas en comunicación o psicología. Es una receta casera, fruto de mi experiencia empírica profesional.

 1.- Actos preparatorios. El juicio, sobre todo si tiene cierta envergadura, requiere un esfuerzo mental y físico. Y produce inquietud.  Por tanto, conviene afrontarlo en las mejores condiciones: descansado, fresco,  tranquilo y con la mente clara. Si hemos dormido bien la noche anterior  estaremos en la mejor disposición. Pero quedarse hasta las tantas preparando el juicio puede provocar insomnio y alguna que otra pesadilla. Levantarnos media hora antes de lo habitual nos permitirá asearnos e ir al juzgado con más tranquilidad. Tanto más si tomamos una buena ducha y vamos caminando, sin prisa. Si se trata de un juicio por delito grave o menos grave, la función no puede comenzar sin nuestra presencia. Pero cuidado con llegar tarde a uno por delito leve, puedes encontrarte con todo el pescado vendido… y con las iras del cliente. Para evitar sorpresas, conviene pasar por el juzgado la víspera, por si a última hora ha llegado algún documento o se  ha producido alguna novedad en el proceso.

 2.- Preparación, concentración, previsión. Es vital preparar bien el juicio, pues el resultado dependerá, en parte, de este factor. Una buena preparación, por otro lado, da seguridad y confianza. Además, el cliente nos paga para eso. Hemos de estar concentrados desde el inicio hasta el final del juicio, atentos, tensionados, procesando todos los detalles y que nada nos pase desapercibido. Conviene mantener el torso erguido, pues su inclinación provoca sopor y éste hace bajar el nivel de atención. Los juicios son imprevisibles y, como las pistolas, el diablo los carga. De ahí que convenga analizar todas las variables, prever las distintas dinámicas que puede tomar el juicio, las eventuales estrategias del contrario y las pruebas que a última hora puedan presentarse. Sobre todo en el juicio por delito leve, el más genuino e imprevisible de todos, por su comparecencia opcional y porque las partes acuden “con los medios de prueba de que intenten valerse”.

 3.- Relativizar. El juicio suele producirnos inquietud. Mayor o menor, según la importancia del caso. Y pasa siempre: en los comienzos de la profesión, tras varios años de ejercicio y en el último tramo de nuestra carrera. A veces, incluso, llega a producir hasta miedo escénico. Pero no debemos agobiarnos, pues no es signo de debilidad, sino de responsabilidad. Conviene relativizar la situación y, en todo caso, no exteriorizar esa inquietud. A fin al cabo suele acabarse con el comienzo del juicio.

 4.- Grapar  y foliar. ¿Hay alguien capaz de leer un libro con las hojas sueltas,   desordenadas y sin numerar? Seguramente no.  En cambio, algún que otro abogado va  al juicio con un maremágnum de hojas sueltas por dossier judicial, sin orden ni concierto y probablemente incompleto. Con lo sencillo que es grapar y numerar todas las hojas, como si de un libro se tratara… Hay que grapar los documentos en el momento de recibirlos y así se evita que se traspapelen. La numeración debe seguir el orden  del juzgado.

5.- Directorio. Tomando como directorio el escrito de conclusiones del fiscal –o el nuestro, si contiene más datos-, se trata de anotar, junto al nombre de cada acusado, testigo o perito, el número de página donde constan sus declaraciones sumariales. Esto nos permitirá tener continuamente en pantalla tanto el relato de hechos, como el folio donde está cada declaración o peritaje. Los pasajes importantes del sumario –documentos, peritajes, etc.- podemos destacarlos con un autoadhesivo de plástico con el nombre del documento sobresaliendo ligeramente por el margen derecho. Eso sí, solo los más importantes, pues de lo contrario corremos el riesgo de que los árboles nos impidan ver el bosque. Este sistema tan sencillo nos permitirá encontrar al instante cualquier pasaje, por muy voluminoso que sea el sumario, y transmitir la sensación de que dominamos el  caso, de que tenemos reflejos. Y puede producir efectos psicológicos diversos –y casi  siempre beneficiosos para nuestra causa- sobre el juez, sobre el contrario y sobre el  propio cliente. Hay que ayudarse de un guión.  Uno de los temores del abogado –y de cualquier persona que hable en público- es quedarse en blanco al exponer el informe final. Pero también causaba pavor a Pulgarcito no saber volver a casa y todos conocemos cómo lo solucionó: dejando caer migas de pan en el camino de ida para dejar señalizado el de vuelta. La manera de vencer al Sr. Alzheimer es servirnos de un esquema sucinto que contenga la relación de los puntos que vamos a tratar en el informe, y desarrollarlos uno tras otro. Si hay que leer algún pasaje del sumario o de alguna sentencia, conviene tener a mano una fotocopia en la que se acotará, coloreándola, la cita  a leer. Si son varios los documentos a leer, los ordenaremos cronológicamente en función del momento que queramos leerlos.

6.- El orden de los factores, ¿altera el producto? En el momento de informar, el orden de intervención de los letrados defensores puede, o no, alterar el producto. Cuando la defensas no son contrapuestas, el orden de intervención, como en la suma o la multiplicación, no altera el producto, puesto que todos tienen un interés común. Pero el  abogado que informe en primer lugar podrá tener una actuación más “lucida” en la medida que podrá elegir los argumentos más importantes sin que se los “pise” nadie. Sí altera el producto, en cambio, cuando hay  intereses contrapuestos entre los coacusados, razón por la cual conviene informar después que los otros codefensores para poder rebatir lo que digan, sin posibilidad de  ser replicado. ¿Podemos predeterminar el orden de intervención? En cierta medida, sí, si el abogado es un poco espabilado: entrando presto en la sala para elegir el lugar que los jueces suelen otorgar a la posición que convenga.

 7.- Frases de gálibo. Conviene iniciar y acabar nuestro informe con dos  frases que causen sendos golpes de efecto sobre el tribunal. La primera, llamativa, para captar la atención de  los magistrados, para atraerles hacia nuestro discurso con abstracción del resto de la sala de vistas. Si lo consigues, ya tienes premio: su predisposición a escuchar. La frase final, la guinda de nuestro trabajo, ha de ser contundente, firme y creíble, de aquellas que hacen pensar.  Ah, no es  necesario ponerse de pie e inclinar el torso dando las gracias al tribunal, como hacen algunos. Queda anacrónico y da la sensación de sumisión, de estar haciendo la pelota.

  8.- Leer es malo. Solo hay una cosa más patética que un abogado lea su informe: tener a Donald Trump de presidente. Aunque, por fortuna para nosotros, el líder yanqui jurídicamente no puede gobernar nuestro país. ¿O sí? Bromas aparte, el informe leído no transmite y, si no transmite, no puede convencer. Hace bajar  la atención del destinatario y pierde toda espontaneidad. Además, como el texto a leer ha sido escrito antes, puede contener pasajes que con el juicio hayan quedado anacrónicos o no contemplar aspectos surgidos durante su celebración. Hemos de informar sin leer, aunque nuestra oratoria no sea brillante (el ochenta por cien de los abogados no tenemos ese don). El guión del punto 6 nos servirá de “muleta” memorística.  Y mirando fijamente al juez, o, si se trata de un órgano pluripersonal,  al ponente,  pues es quien tiene mayor protagonismo en el veredicto.

9.- Sintetizar.   La atención del destinatario de nuestro discurso suele ser limitada, tanto en intensidad como en duración. Aunque no siempre será fácil, hemos de hacer un esfuerzo de síntesis para adaptar nuestro mensaje a la predisposición de nuestro oyente; separar el grano de la paja y  prescindir de ésta, aunque esté el cliente en la sala; y huir de discursos oceánicos y retóricos. Curiosamente, cuanta más razón tenemos, menos palabras necesitamos para demostrarla.

10.-Última palabra.  Como su posición es la más comprometida, la ley quiere que la palabra del reo sea la última que oigan los magistrados antes de retirarse a deliberar. Debe aprovecharse esta oportunidad como complemento del informe del defensor, añadiendo lo que le haya podido quedar  en el tintero. Y como mensaje de inocencia al tribunal, de credibilidad o en demanda de clemencia. Tocando su fibra sensible, vaya. Pero ojo, hemos de preparar este punto con el acusado, no sea que por la presión del juicio, el cansancio o la angustia del momento, lo eche todo a rodar… sin posibilidad de retorno. Mensaje corto, lapidario y convincente.

Paco Zapater
Abogado

 

Quins partits governaran a Tarragona?

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Informació bàsica respecte a protecció de dades
Responsable República Checa Press +info...
Finalitat Gestionar y moderar tus comentarios. +info...
Legitimació Consentiment de l'interessat +info...
Destinataris Automattic Inc., EEUU per filtrar spam. +info...
Drets Accedir, rectificar i esborrar les dades, així com altres drets. +info...
Informació addicional Podeu aconseguir més informació sobre protecció de dades a la pàgina de política de privadesa.

Download Nulled WordPress Themes
Download WordPress Themes
Download WordPress Themes
Download Nulled WordPress Themes
online free course