BALLESTEROIDES: DOPING POLÍTICO EN LOS JUEGOS MEDITERRÁNEOS

Ya sabíamos lo mejor del alcalde Ballesteros. Ahora empezamos a conocer lo peor. Lo que podría haber sido una carrera política brillante se difumina para dejar entrever, tras el humo de las antorchas olímpicas, un final tosco y decepcionante. El calendario hasta el 22 de junio de 2018 se le va a hacer muy largo a nuestro amigo Ballesteros. Diría que el alcalde no ha jugado muy limpio con sus conciudadanos. Como esos deportistas que intentan llegar a la meta con la ayuda de los esteroides, el alcalde ha utilizado “ballesteroides” para llegar a la meta. Puede que no haya dicho toda la verdad. Pero los controles anti-doping político lo están dejando en evidencia.

En estos días posteriores al “donde dije digo, digo Diego” del alcalde en relación a Tarragona 2017, mucho se ha escrito y hablado, pero puede que a nuestros lectores les interese saber algunas cosas que han quedado fuera del alcance de los focos, pero no de este Fisgón.

Ballesteros y su equipo han afirmado contundentemente lo que no era cierto, han pergeñado en su mentira, han insultado, ofendido, manipulado y tergiversado a su antojo. Pero los acontecimientos han hecho pedazos su relato, sus argumentos y sus justificaciones. Hagamos un repaso cronológico a esta facinerosa sucesión de engaños, desmentidos y disparates.

Decíamos la verdad
Cuando este digital reveló la reunión secreta del 3 de octubre que mantuvieron en la sede del Comité Olímpico en Madrid, Alejandro Blanco (presidente del COE), Josep Félix Ballesteros y Amar Addaddi (presidente del CIJM) para consensuar el aplazamiento de los Juegos y la puesta en escena del mismo ( http://www.larepublicacheca.com/tarragona-2017-podria-ser-al-2018/ ), los jenízaros del ballesterismo salieron en tromba a negar dicha información y acusar a este digital, y a otros críticos, de trabajar en favor de intereses oscuros que traicionaban la causa olímpica de Tarragona. Ahora ya han quedado demostradas dos cosas: que nuestro digital tenía información veraz y que Ballesteros mintió al negar que el aplazamiento de los Juegos hubiese sido tratado en dicha reunión.

Que Alejandro Blanco decidiese lanzar la noticia del aplazamiento desde un cónclave deportivo ajeno a Tarragona no fue una casualidad. Tarragona se enteró por la prensa de la eventualidad del 2017. El periodista Francisco Montoya, desde las páginas del DT, describe exquisitamente el relato del “cambiazo”, entre la caricatura y la negrura goyesca. El pacto secreto, que desvela este Fisgón, se consumaba: “Yo te quito de encima lo del 2017 y tú me ayudas a cargarme a Cardenal”. La apuesta por el aplazamiento la conocían los tres personajes de la reunión del 3 de octubre y todos debían representar bien – muy bien – su papel.

Fernández lo sabia
En el escenario local otro protagonista: Alejandro Fernández. Este Fisgón puede afirmar con rotundidad que Alejandro Fernández conocía lo hablado en la reunión secreta de Madrid del 3 de octubre y no hizo nada (nada es nada) para poner al corriente a Miguel Cardenal acerca del inminente aplazamiento ni de la estrategia de cargarle a él todo el muerto del 2017. O sea el PP de Tarragona, podríamos decir, traicionó a Cardenal y no por ayudar a su ciudad, si no por ayudar a Ballesteros y salvar sus mullidos asientos en el salón de plenos.

De repente entran en escena Quim Nin y Josep Poblet. El primero habla telefónicamente con Ballesteros para transmitirle que, si se ponen de acuerdo en escenificar que “la culpa es de Madrid”, tiene el apoyo público del gobierno de la Generalitat. Los de JxS de Barcelona dejan con el culo al aire a los suyos en el consistorio. Es más, Quim Nin, un diplomata a toda regla, llega a proponerle a Ballesteros que, si rompe el pacto de gobierno con el PP, ellos le aseguran la estabilidad para el resto de la legislatura. Pero Poblet le dice justamente lo contrario a Ballesteros, que mantenga el pacto con el PP, pues otra cosa podría afectar al pacto en la Diputación y que, a cambio, si necesita más dinero lo tendrá. Ellos lo negaran…

Otro de los personajes: Javier Villamayor. El copríncipe municipal, en un arrebato de valentía, pone, verbalmente, su cargo a disposición del alcalde si eso significa un cortafuego para detener las críticas. Es el propio Blanco quien para esa decisión. La explicación de Blanco tiene fundamento: “Si dimites admites culpa y se nos viene abajo el argumento de que toda la responsabilidad es del energúmeno de Cardenal” (el calificativo es de Ballesteros).

Así fueron las cosas y así se las cuento. Volverán a negar y acusar, pero ya nos les queda un ápice de credibilidad política.

El No és… no
Y en el congreso del PSC del fin de semana en que Ballesteros regresa de Orán, compañeros suyos de partido le conminan a romper el pacto con el PP, pues les afea su relato del “No es NO”. Que el alcalde de Tarragona tenga un pacto con el partido que sus compañeros detestan no genera, precisamente, un área de confort político. Se llegan a producir contactos entre las direcciones de PSC y JxS al respecto de una hipotética ruptura con el PP en Tarragona, pero no cuaja. Eso sí, Ballesteros aprovecha esos escarceos para meterle presión a Alejandro Fernández: “Mira que me están presionando, oye, pero si tú te mantienes leal a mí y a mi argumento, yo no rompo”.

Lo demás ya es conocido: genuflexión política de los populares en Tarragona. Por cierto, a Ballesteros le sobró algún tiempo en el congreso socialista para dejar fuera de la Ejecutiva del PSC a Francesc Vallés, en una negociación bajo mesa con los parlonistas. Qué curioso el destino de almas no gemelas, pero con un verdugo común: Vallés y Cardenal y el verdugo Ballesteros.

Entonces llega la reunión con el ministro Méndez de Vigo. Los planes de Ballesteros vuelven a truncarse. El ministro mantiene varias conversaciones con Cardenal antes de recibir a la delegación encabezada por Josep Félix Ballesteros y Alejandro Blanco. ¿Y qué les dice? Pues que el gobierno está con Tarragona, que les garantiza la financiación… una vez conozca los pormenores organizativos y presupuestarios, tarea que, les anuncia el ministro, encargará a la persona que ocupe el sillón vacante de Cardenal. O séase, que el ministro no se fía nada de nada ni de Blanco ni de Ballesteros. Primero las cuentas claras, los documentos en regla y las tropas alineadas y luego hablamos de dinero.

Después llega la conferencia abierta del jefe de la oposición, Rubén Viñuales, que puso una Comisión de Seguimiento sobre la mesa. Los integrantes de dicha Comisión mejor que vistan de negro y no por emular a los inspectores de Bruselas, sino más bien por hacer el debido y respetuoso acompañamiento a la comitiva fúnebre de los Juegos.

Y la traca final de la semana llegó con el artículo de Miguel Cardenal en El País: “El Energúmeno y los Juegos Mediterráneos”. Un zasca de Cardenal a Ballesteros que le ha debido dejar temblando.

Eso le pasa al alcalde por meterse a jugar en una liga que no es la suya y encima hacerlo atiborrado de ballesteroides.

Y ahí tenemos al alcalde, como diríamos… en términos deportivos… descolgado, en la lona, descalificado, fuera de crono. En términos políticos, más sencillo, podríamos haber tenido un titular alternativo para esta entrega de hoy: BALLESTEROS EN EL FANGO.

El Fisgón no da descansos, ni relevos, ni sustituciones. El Fisgón no descansa. Y lo ve todo.

Hasta el próximo lunes.